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Pez serpiente calamita M ERPETOICHTHYS CALABARICUS
Nombre común: pez calamita, pez serpiente, pez cuerda
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Clasificación:
Orden: Polypteriformes
Familia: Polypteridae
Género: Erpetoichthys
Especie: E. calabaricus
Su nombre proviene las palabras griegas erpeton, que significa cosa que se arrastra e ichthys, que significa pez. Por otra parte, debe el nombre calabaricus a la localidad de Old Calabar donde se extrajo por primera vez (actualmente llamada solamente Calabar, capital del estado de Cross River, sureste de Nigeria).
El género Erpetoichthys está estrechamente relacionado con el género Polypterus y ambos son algunos de los últimos parientes vivos de especies muy antiguas. Se han encontrado fósiles de parientes anteriores que datan del Período Triásico, es decir durante el desarrollo temprano de los dinosaurios, hace más de 200 millones de años.
El taxón fue revisado en 2008 y la a familia Polypteridae, que entonces sólo contaba con el mencionado género Polypterus, se le añadió el que nos ocupa (Erpetoichthys) en el cual se incluyó a E. calabaricus, hasta ahora como único integrante.
Distribución:
Se trata de una especie con un área de distribución amplia situada en África occidental.
Habita cerca de la costa, en los estuarios de los ríos -desde el río Ouémé en Benín, hasta el río Sanaga en Camerún-. Existen registros antiguos que lo ubican también en El Congo y Angola, pero en la actualidad su presencia se restringe a Camerún, Nigeria y Benín.
Habita en zonas poco profundas, con orillas provistas de carrizales y juncales. Siente preferencia por las aguas estancadas o de corriente lenta, ácidas y turbias y ricas en taninos, donde se desplaza arrastrándose por el fondo como una serpiente, aunque también puede nadar por el agua.
La especie está amenazada por la degradación y pérdida de su hábitat debido a la deforestación, la agricultura y el desarrollo urbano, hasta el punto de que existen de tres a cuatro ubicaciones en estado crítico debido a estas amenazas. Sin embargo, se cree que esta especie es bastante resistente al cambio de hábitat, por lo que no está claro si continúa el declive. Por ese motivo, ha sido incluida en la lista roja de especies amenazadas (IUCN) y catalogada como "Casi Amenazada" en el año 2019.
Su cuerpo es serpentiforme como los demás miembros de su familia (pero mucho más alargado que las demás especies de ésta), y posee entre 110 y 113 vértebras. Cuenta con escamas con forma romboidal (ganoides) que le dan su característico aspecto de reptil.
Su boca es pequeña y está en posición terminal. Los ojos están muy poco desarrollados. Su visión es bastante pobre, como resultado de su adaptación a las aguas turbias de su hábitat natural; y son muy pequeños en comparación con el tamaño de la cabeza, que presenta forma cónica. Presenta fosas nasales o narinas sobre unos pequeños tentáculos táctiles situados justo encima del labio superior y que sobresalen un par de centímetros. Entre los ojos y las aletas pectorales muestra una serie de puntos negros que en realidad son órganos electro-receptores pasivos; es decir, pueden recibir señales eléctricas, pero no emitirlas. Sus narinas, tentáculos y electro receptores son también fruto de la adaptación a esas aguas tan turbias y suplen a la visión de manera muy efectiva.
La aleta dorsal, que ocupa el último tercio del cuerpo, en realidad se trata de una serie de entre once y catorce espinas separadas, con una membrana en su parte trasera que las une al cuerpo, pero no las une entre sí. La aleta caudal no presenta espinas y tiene forma redondeada. La aleta anal, situada al final de su cuerpo, junto al pedúnculo caudal, también es redondeada y posee entre 9 y 14 radios. Las aletas pectorales son pequeñas y alargadas. Carece de aletas pélvicas, rasgo que, junto a su forma tan alargada, lo diferencia de todas las especies del género Polypterus y es una de las razones por la que fue separado del mismo.
La vejiga natatoria de este pez se divide en dos partes. La derecha, mucho más grande, se ha transformado con el tiempo en un órgano respiratorio accesorio conectado con el intestino, con el cual puede respirar aire atmosférico -otra adaptación a la turbidez de las aguas donde habita-. Esto le permite vivir hasta cuatro horas fuera del agua, ocho según algunas fuentes, siempre que se mantenga húmedo.
Al igual que las especies de anabántidos, este pez puede llegar a ahogarse si no tiene acceso al aire atmosférico.
Coloración:
Su color base es un verde oliva bastante homogéneo, salvo en la zona ventral donde es más amarillento. Las aletas son traslúcidas, salvo en la unión con el cuerpo, donde muestran un color más acentuado. Presentan una mancha oscura en las aletas pectorales, también en la zona más próxima al cuerpo.
Tamaño:
En su hábitat natural pueden llegar a alcanzar los 37cms SL (longitud total de pez sin contar la aleta caudal), pero rara vez lo consiguen en cautividad, donde un tamaño de entre 20 y 25cms es lo más común.
Algunas fuentes sostienen que pueden llegar a los 90cms y esto es debido a que existe un registro con ese dato, pero investigaciones posteriores han revelado que probablemente sea erróneo. El ejemplar más grande que se ha recolectado es un macho de 37cms SL.
Dimorfismo sexual:
Las diferencias no son muy visibles. La principal es el número de radios de la aleta anal, que es mayor en los machos (entre 12 y 14) y menor en las hembras (entre 9 y 12). Además, en época de cría al macho se le hincha dicha aleta, que se muestra con un color más espeso.
Esperanza de vida:
Se trata de una especie muy longeva, que puede llegar a vivir entre 15 y 20 años en cautividad si se le mantiene de forma adecuada.
Parámetros del agua:
PH: 6.0-8.0
GH: 5-20
Temperatura: 22-28°C
Las aguas de su hábitat natural, cargadas de taninos, hacen que esta especie guste de aguas blandas y PH ácido, aunque se trata de peces duros que soportan un rango amplio de parámetros, sobre todo en lo que a dureza y temperatura se refiere. Como siempre, hay que huir de los extremos y buscar unos valores medios.
Habita tanto en agua dulce como en agua salobre por lo que, dependiendo del proyecto, podría ser adecuado añadir un poco de sal al acuario para limitar el riesgo de enfermedades y aumentar la comodidad de los peces.
Acuario:
Se trata de un animal bastante grande, por lo que deberíamos guardar un mínimo de 200 litros para un ejemplar, aunque si se quiere tener más cantidad se deben añadir 50 litros por pez para mantenerlos en condiciones óptimas.
El fondo será de arena fina, imitando un lecho suave y agradable, debido a las corrientes lentas de su hábitat natural. Cualquier material duro podría irritar su zona ventral.
La decoración se basará en troncos, raíces, ramas flotantes o incluso rocas colocadas de tal forma que formen zonas de sombra donde los peces puedan refugiarse. Para tal fin, también se pueden usar trozos de tubería, ya que les gusta meterse por sitios estrechos y es absolutamente necesario que haya áreas de oscuridad dentro del tanque a las que los peces puedan retirarse durante el día, debido a que se trata de animales de hábitos nocturnos.
La iluminación ha de ser tenue, puesto que a E. calabaricus no le gusta la luz brillante. Esto condiciona las especies de plantas que se pueden mantener en el tanque. Podrían servir especies de plantas acuáticas tales como Microsorum, Taxiphyllum o Cryptocoryne, y también serían útiles algunas plantas flotantes para ayudar, más si cabe, a tamizar la luz y también a reducir el movimiento superficial.
Es una especie de aguas tranquilas, por lo que la corriente debe ser suave. Una filtración moderada sería suficiente para mantener la calidad del agua sin generar demasiada corriente.
Debido a su predilección por aguas blandas es aconsejable utilizar un equipo de ósmosis, turba o cualquier otro método para obtener aguas con una dureza baja.
El tanque no debe llenarse hasta arriba, ya que esta especie necesita respirar aire atmosférico y sobre todo la humedad que se genera en esa capa de aire cercana a la superficie para desarrollar correctamente su órgano respiratorio accesorio. Por ese motivo, el acuario debe estar tapado: Para generar esa humedad en el aire entre la superficie y la tapa y de paso, para evitar fugas, ya que, debido a su forma, tamaño, manera de moverse y técnica para cazar, es un excelente escapista. Hay que tener en cuenta que, aunque puede sobrevivir bastante tiempo fuera del agua si se mantiene húmedo, no podrá volver al acuario. Se trata de la principal causa de muerte en cautividad de esta especie.
Alimentación:
Carnívoro.
En la naturaleza se alimenta de pequeños invertebrados acuáticos, insectos y peces de pequeño tamaño, detectando a sus presas mediante sus electro-receptores y sus tentáculos táctiles. Se trata de una especie bentopelágica y por ello se alimentará frecuentemente cerca del fondo.
En el acuario, lo más adecuado es proporcionarles alimento vivo, pero, en su defecto, se les puede ofrecer alimento congelado como gusanos de sangre, Daphnia, Artemia, etc. También alimentos preparados (papillas) a base de carne o pescado; el caso es que tengan un aporte proteico importante.
Debe ser alimentado después de apagar las luces, siempre cuidando que la cantidad de alimento sea suficiente y que tenga fácil acceso a él, ya que, debido a su defectuosa visión, no podrá competir contra otros peces. Si se mantiene en solitario, sus electro-receptores y tentáculos táctiles serán suficientes para encontrar el alimento sin problemas, de ahí la importancia del alimento vivo.
Comportamiento:
Pacífico y nada territorial. No muestra agresividad con otras especies ni con la suya propia, de hecho, aun no siendo un animal de cardumen propiamente dicho, se sentirá más a gusto si tiene compañeros de su misma especie. Apto para acuario comunitario, pero con reservas, sobre todo debido a su mala visión, que no le permitirá competir por el alimento con especies muy bulliciosas. Tampoco se debe mantener con peces muy pequeños ya que, al ser carnívoro, los verá como alimento. Algunas opciones como compañeros de tanque podrían ser especies del género Synodontis, carácidos de buen tamaño y cíclidos del género Severum, peces ángel, algunas especies del género Tilapia, etc.
E. calabaricus no tiene un sistema social definido, aunque tienden a reunirse cuando están en un acuario. En términos de comportamiento, su técnica para capturar presas es muy interesante. Esta especie puede sentir señales eléctricas emitidas por las branquias de pequeños crustáceos y peces en su entorno con sus órganos electro-receptores y usar esta información para capturar a sus presas.
Otro aspecto interesante de su compartimento es que son relativamente activos (especialmente por la noche, ya que son de hábitos nocturnos), pero también les gusta holgazanear, quedándose inmóviles durante bastantes minutos o incluso horas. No les gusta nadar y prefieren reptar por el fondo como si de una serpiente se tratara, aunque debido a la forma de moverse y a su tamaño es una delicia verlos nadar por las zonas medias y bajas del tanque -donde suelen estar casi todo el tiempo- o verlos subir a la superficie a respirar aire atmosférico, aunque esto no lo hacen tan frecuentemente como los anabántidos, por ejemplo.
Reproducción:
Ovíparo.
No se tienen datos de cría en un acuario doméstico, aunque sí se ha criado en cautividad, sobre todo con ayuda de hormonas. El proceso reproductivo ha sido descrito por los alemanes Britz y Bartsch, que consiguieron reproducirlos con éxito en 1998 después de años intentándolo. De momento se sigue sin saber qué estímulos desencadenan dicho proceso.
Durante el cortejo, el macho sigue incansablemente a la hembra, nadando juntos en paralelo, hasta que ésta lo acepta como padre de su futura progenie. Cuando esto sucede, el macho enrolla su cola alrededor de la hembra que expulsa los huevos, unos cuatro en cada acto reproductivo, que se depositan en la aleta caudal del macho. Seguidamente, el macho los fecunda y los dispersa creando fuertes corrientes de agua con su cola, de manera que los huevos, que son adhesivos, quedan pegados allá donde aterricen (normalmente en la decoración o en el sustrato). La pareja repite el proceso decenas de veces a lo largo de una semana, hasta que la hembra haya completado la puesta, que puede alcanzar los 600 huevos.
Los huevos miden entre 2,1 y 2,6mm de diámetro y eclosionan después de 70 horas aproximadamente. Sin embargo, las larvas permanecen adheridas a la decoración o al sustrato con un órgano adhesivo que poseen en la cabeza al nacer, como si de diminutas rémoras se tratara. Así pasarán los primeros días de vida, hasta que consuman el saco vitelino, aunque una vez lo hayan absorbido por completo permanecerán inmóviles en el sustrato muchas horas y se deberán alimentar con nauplios de Artemia. Pasados 22 días, los alevines serán capaces de alimentarse por sí mismos.
Cabe destacar que los ejemplares jóvenes tienen branquias externas similares a las de los anfibios, que se pierden a medida que el pez madura. Esto, sumado a su modo de caza nocturno, en el que emergen de sus refugios diurnos para cazar invertebrados y pequeños peces en aguas poco profundas, muestran claramente el vínculo que estas especies establecen entre peces y anfibios.