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El género Nothobranchius ocupa un lugar preferencial entre los Cyprinodontiformes o “killis”. De un tiempo a esta parte, la nomenclatura de este género está en revisión permanente.
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Nothobranchius rachovii killi rachovii
El género Nothobranchius ocupa un lugar preferencial entre los Cyprinodontiformes o “killis”. De un tiempo a esta parte, la nomenclatura de este género está en revisión permanente.
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Orden: Cyprinodontiformes.
Familia: Aplocheilidae
Género: Nothobranchius
Especie: N. rachovii
El género Nothobranchius ocupa un lugar preferencial entre los Cyprinodontiformes o “killis”. De un tiempo a esta parte, la nomenclatura de este género está en revisión permanente.
La mayor parte de las especies de Nothobranchius están distribuidas a lo largo de la costa oriental de África, es decir, sobre el Océano Índico. Hasta el momento son pocas las especies que han sido localizadas fuera de esta zona, que comprende Mozambique y zonas aledañas, partiendo desde Beira -una población al borde del Océano Índico- hasta el Parque Nacional Kruger, aproximadamente en la frontera con Sudáfrica. También se relatan introducciones en algunas localidades del país, planteadas para salvaguardar la especie.
Habitan en lagunas y charcas estacionales que se desecan total o parcialmente una vez terminada la época de lluvias, para volver a colmarse de vida cuando comienza ésta.
Cuerpo pequeño y robusto de forma semicilíndrica y ligeramente más ancho en el tronco. Cuanta con tres aletas impares (dorsal, caudal y anal) que son más redondeadas y cortas en las hembras, y dos aletas pares (las pectorales y las pélvicas).
Pez muy colorido, sobre todo los ejemplares machos, que combinan tonos azulados y rojizos -tanto en su cuerpo como en las aletas- con rayas negras (si bien pueden existir variaciones dependiendo de la población). Las hembras suelen ser de color gris oliváceo o pardo claro, con alguna iridiscencia de color celeste metalizado.
Existen ejemplares con patrones cromáticos distintos, en colores negros, pardos y oscuros con una línea roja que cruza a lo ancho la aleta caudal.
Los machos, un poco más grandes, pueden alcanzar los 5 o 5,5cms. Las hembras se quedarán algo más pequeñas.
Las diferencias entre machos y hembras son notables, siendo los primeros más grandes y coloridos.
Oscila entre los 6 y 7 meses, si bien se han reportado casos de ejemplares que han rebasado el año de edad.
PH: 7.0
GH: 8
KH: 6
Temperatura: 20-27ºC
Los valores citados son los más próximos a los de su origen. No hay que olvidar que estos peces habitan en pequeñas charcas, muchas veces entre los restos de heces de animales, y la composición del sustrato puede variar en función de la cantidad de materia orgánica en composición.
En aquellas poblaciones que habitan cerca de la costa, puede incluso generarse en su hábitat algo de salinidad. Este pequeño grado de salinidad viene muy bien en cautividad a la hora de prevenir los temidos hongos (Oodinium) y mantener a este bonito pez libre de ellos, sin olvidar que los cambios bruscos de temperatura o cualquiera de los parámetros les ocasionará un sinfín de enfermedades, no sólo el Oodinium, puesto que su sistema inmunológico es muy bajo, aunque lo es sobre todo para esta enfermedad.
Es un pez que no requiere de mucho espacio para vivir, de manera que una urna de 20 litros puede ser suficiente para un macho con dos o tres hembras.
La iluminación debe ser tenue; las plantas flotantes son un elemento muy útil tanto para suavizar la iluminación como para proteger a los ejemplares más débiles, puesto que muestran cierta belicosidad intraespecífica entre machos.
La aireación debe ser ligera y el sustrato, preferentemente, de turba, para facilitar el desove (se recomienda 1cm esparcido en el fondo).
Puede optarse por colocar un pequeño filtro de esponja.
Se recomienda también tapar bien el acuario. No son tan saltarines como otros géneros (por ejemplo, Aphyosemion) pero pueden darnos alguna desagradable sorpresa.
En esta especie en que todo sucede tan deprisa (nacen, se reproducen y mueren en un período de entre seis y ocho meses), puede ser un tanto complejo ofrecer al pez unas condiciones similares a las de su medio natural, pero al menos si resulta imprescindible conocer su ciclo biológico para tratar de tener éxito en el empeño. Hay que pensar que durante el período de vida del pez, los parámetros originales en el momento de su nacimiento sufren grandes cambios.
Su alimentación en la naturaleza se compone de larvas, insectos acuáticos, pequeños crustáceos y otros invertebrados.
En cautividad se alimentará a base de insectos, infusorios y cualquier tipo de organismo vivo que pase por su boca como larvas de mosquito, grindal, Daphnia, Artemia, o Tubifex (éste último siempre con prudencia puesto que es transmisor de varios componentes patógenos para los peces), entre otros. Debemos suministrarles una alimentación que les proporcione tanto nutrientes vegetales como animales.
Es un pez apto para acuario comunitario, puesto que su agresividad se produce exclusivamente entre machos de la misma especie –sobre todo cuando hay ejemplares de tamaños dispares-, si bien su particular ciclo de vida hace que muchos aficionados los mantengan en acuario específico. Es aconsejable mantener varias hembras por cada macho. Por lo demás es un pez muy vistoso y de interesante comportamiento, cuya curiosa forma de reproducción los convierte en adictivos para multitud de acuariófilos en todo el mundo.
Partimos de la base de que todas las especies del género Nothobranchius viven en África, en un hábitat de grandes fluctuaciones de lluvia y temperatura que han hecho que estos peces hayan tenido que hallar un sistema de supervivencia acorde con su entorno. El hecho de que existan dos estaciones muy diferenciadas, una seca y otra de lluvias persistentes, obliga a este pez a desarrollarse muy rápidamente. Crece y madura en cuestión de meses de forma que pueda enterrar sus puestas en el fondo antes de que sus charcas se sequen. Los progenitores mueren al secarse las charcas, pero sus huevos, conservados en el lecho del fondo semi-seco, esperarán a la siguiente estación lluviosa para recomenzar el ciclo de nuevo y así conseguir perpetuar la especie.
Ovíparos y desovadores de sustrato.
Podría decirse que la forma de reproducirse es una de las características que hace especiales a estos peces.
Al ser desovadores de sustrato, es imprescindible que dispongamos de una cama de sustrato de puesta, que bien podría turba o carbón de granulado fino esparcido a lo largo de todo el fondo del acuario, o bien limitada a un pequeño recipiente donde tengan cabida dos animales (10×5cms). Conviene hervir la turba previamente durante un par de horas para eliminar el exceso de taninos que contiene, y lavarla después bajo un chorro de agua corriente. Si nos limitamos a colocar la turba sólo en un pequeño recipiente -como un pote o una vasija- dentro del acuario, evitaremos que ésta se mezcle con heces y alimento. Este método tiene la dificultad añadida de que los ejemplares deberán aprender a entrar y salir del pote, si bien no parece que sea algo que les lleve demasiado tiempo.
En esta especie anual no es tan determinante la profundidad del sustrato, puesto que tiene una forma diferente de desovar respecto a los anuales sudamericanos: N. rachovii desova en la superficie del sustrato, enterrando el macho los huevos en la turba a través de un brusco coletazo, mientras otros anuales hacen un hueco con sus aletas pectorales y cabeza para introducir los huevos en el sustrato. Así, una superficie de unos dos centímetros de turba puede ser suficiente.
El macho fuerza el desove cortejando a la hembra y llevándola hasta el fondo, donde la sujeta y abraza con sus aletas dorsal y anal. Una vez la hembra expulsa los huevos, éstos son fecundados por el macho de forma externa.
Es una especie muy prolífica, pudiendo una pareja producir más de 100 huevos semanalmente. El proceso de incubación es largo, puesto que se necesita un largo periodo de diapausa de seis meses como promedio.
La turba se colecta cada 8-10 días aproximadamente para evitar la polución y el riesgo de enfermedad o muerte de los ejemplares.
Para llevar un control, es conveniente una vez recolectados los huevos embolsarlos y rotularlos indicando género, especie, localización, día, mes y año de recolección. Podemos añadir también información adicional como filiación y cantidad estimada de huevos o fecha indicativa de nacimiento (que dependerá mucho de la época del año y de la temperatura en la zona donde esté ubicado el criador).
Podemos prever la eclosión mirando el huevo con una lupa: un aro dorado alrededor del ojo es indicativo de que está listo para el nacimiento. En ese momento colocaremos la turba en un pote o cubo con 2cms de agua declorada y, en un periodo que oscila entre los 7 minutos y las 24 horas, veremos a los alevines nadando.
Nunca eclosionarán todos los huevos de una misma turba en el mismo período de incubación.
Tras el nacimiento de los alevines es conveniente desecar la turba e indicarlo en su rótulo correspondiente.
Con el objetivo cumplido y con suficientes huevos como para intentar preservar la especie, el siguiente paso debería ser ofrecer al pez las mejores condiciones para hacer agradable su corta vida. Para ello lo ideal sería disponer de un acuario comunitario de killis con muchas plantas naturales y escondites para que se desarrollen en un lugar acogedor.
Algunos criadores recomiendan el siguiente sistema para la recolección de los huevos:
- Colocar arena de río fina en un colador de malla muy fina y lavarla bajo chorro de agua. Debajo colocaremos un recipiente –preferiblemente de plástico- donde caerá el agua del lavado junto con los granos de arena más finos que se filtren a través del colador. Descartamos la arena retenida en el colador y lavamos concienzudamente con agua corriente la que tenemos en el recipiente de plástico, usando incluso alguna gota de desinfectante y volviendo a enjuagar después.
- Colocar en un pote de vidrio o plástico de 4-5cms de profundidad y 8-10cms de diámetro, unos 3 o 4cms de la arena recolectada. El diámetro del pote, lógicamente, lo decidiremos en relación al tamaño de la especie, puesto que los ejemplares de mayor porte se sumergen un poco más y necesitarán de un diámetro mayor.
- Introducimos el pote en el acuario de reproducción antes de meter los peces.
- Tras el desove, retirar el pote y colar la arena del mismo modo y con el mismo colador, de forma que en el colador queden sólo los huevos, bastante más grandes que los granos de arena (esta arena puede ser colectada, lavada y reutilizada sin problema en posteriores desoves).
Dos últimos consejos a tener en cuenta en este proceso serían colar también el agua al sifonar el acuario de cría (puesto que algún huevo puede haberse escapado del pote); e incluir en el acuario de desove, además de los potes que contienen el sustrato, algunos troncos o plantas para que las hembras se puedan esconder si así lo desean.
La alimentación de los alevines deberá estar compuesta de nauplios de Artemia salina recién eclosionada durante las primeras dos o tres semanas, para pasar posteriormente a pulgas de agua y ya en una última etapa a la alimentación de adulto, en la que priorizaremos el alimento vivo para favorecer en un futuro inmediato su prolífera reproducción.
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